Una línea que salvaría a Ecuador

A.V. Briceño

Sevilla 07/02/21

En cada rincón del país se palpa, en medio de un incremento de contagios del virus que viene azotando al mundo entero, una fiesta electoral. Dieciséis candidatos se disputan el cargo de presidente de la República de Ecuador cada uno con su ideología y demagogia, pero poco probable que busquen el bienestar común del pueblo.

Desde el regreso a la democracia, en 1979, Ecuador ha sido víctima de distintos acontecimientos que han estado encabezados por líderes de izquierda y derecha. En la actual campaña electoral, el pueblo ecuatoriano ha posicionado en la lista de favoritos a dos partidos políticos de izquierda y uno de derecha y, no exactamente, por compartir su ideología, sino por el lavado de cerebro que ha causado el populismo. El desconocimiento ha conllevado a aplaudir propuestas inconstitucionales y agredir verbal y físicamente al ser humano que tiene conocimiento. Aunque, no se necesita ser un politólogo o tener estudios superiores en las mejores universidades del mundo para discrepar con argumentos con un fanático, amante del populismo y hasta con el propio candidato a la presidencia. 

Ecuador vive en un modelo político fragmentado que, poco a poco, va matando las esperanzas de los ciudadanos de vivir en un país libre de corrupción, mafias, donde las futuras generaciones gocen de oportunidades de estudios y de trabajo, un lugar en el que los jubilados, diariamente descansen, sin temor a nada. En definitiva, ciudadanos en un país con derechos, deberes y libertades. Aquí, entre usted y yo: no es mucho lo que se les pide a los señores candidatos a la presidencia y a los futuros asambleístas ¿Verdad? Pero, que está haciendo usted ciudadano, que no está para candidato a la presidencia, vicepresidencia e incluso para la Asamblea y el Parlamento Andino. ¿Ya eligió a su primer mandatario o eligió su destino? Sí, una pregunta que hace pensar. ¡Cuidado! el fanatismo y la falta de investigación le puede llevar a cometer un grave error. Seguramente, las primeras horas, meses y, me extiendo un poco, años usted festejará la victoria de su candidato favorito, se golpeará el pecho como si usted hubiera alcanzado el más grande objetivo de su vida, pero cuando vea que las leyes de su candidato le quitaron lo más preciado de su vida, probablemente, pero no lo aseguro, porque el fanatismo conlleva a la traición de la patria, de su familia y de la historia, usted se dará cuenta del grave error que cometió aquel 7 de febrero de 2021.

El voto es secreto, pero el grito de los ciudadanos ecuatorianos por un cambio es el común denominador que se escucha a diario y en todo el mundo. Un consejo: no se deje manipular por ningún candidato ni por una retórica barata. 

Recuerde a su familia, sus valores e incluso mírese a un espejo y repita "nadie me tiene que ver la cara de imbécil" y créame que usted se dirigirá a su recinto electoral y rayara esas papeletas y, además de recordar lo citado, también, recordará su autoestima y sabe por qué, porque muchos de los candidatos no tienen ni un mínimo conocimiento de la historia de su país y estudios superiores, mientras que, usted tiene una característica que le hace valioso. El amor a su patria. Ahora, diríjase y no raye, sino marque una línea para su destino.


       

            

     

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